Aún recuerdo la emoción que sentía, cuando era una niña, todos los 5 de enero, al recorrer cada una de las casas de mis familiares para ver qué me habían dejado los Reyes Magos. El nerviosismo pensando en que se acabase la Cabalgata o el cosquilleo al oír un ruido en casa por si algún paje despistado no había calculado bien el tiempo y lo habíamos pillado dejando los regalos. Y de esa emoción era culpable no solo la inocencia que caracteriza a los más pequeños, sino también el maravilloso espectáculo que tiene lugar en Alcoy, mi ciudad natal, en estas fechas.
Esta ciudad alicantina —en España— puede presumir de muchas cosas: sus afamadas Fiestas de Moros y Cristianos, los maravillosos parajes naturales que la rodean, el café licor… Pero si de algo nos sentimos especialmente orgullosos los alcoyanos en estas fechas, eso es, sin duda, de tener la Cabalgata de los Reyes Magos más antigua de España —se celebra, de forma continuada, desde 1885, aunque existen pruebas documentales desde el año 1866— y puede que también del mundo.
Pero, ¿qué es lo que hace que tal evento sea considerado tan especial y fuese declarado, en el 2001, Fiesta de Interés Turístico Nacional? No solo la espectacularidad y originalidad de ese día, sino también todos los acontecimientos que preceden al 5 de enero y que hacen que estas fechas se conviertan en únicas tanto para los más pequeños como para los más mayores. ¿Quieres que te cuente más? ¡Sigue leyendo!
El Bando Real, donde empieza la magia
A diferencia del resto de ciudades españolas, en las que a los Reyes Magos les podemos mandar la carta contando lo buenos que hemos sido y todo lo que queremos para premiarlo con más o menos antelación, pero el día que queramos, en Alcoy hay un día concreto para eso: el 4 de enero.
Ese mismo día, cada año, un emisario de Sus Majestades llega hasta las calles de la ciudad para leer unas palabras, en valenciano, que anuncian la llegada de estos al día siguiente y que dan vida a lo que se conoce como Bando Real. En él, el mensajero real recuerda a aquellos que lo miran con unos ojos llenos de ilusión que se porten bien porque los Reyes Magos ya están en tierras alcoyanas y que no se olviden de tirar sus cartas. Y deben hacerlo, concretamente, en los buzones que, minutos más tarde, pasan por el mismo lugar, portadas por burros. Para los locales, este momento es conocido como «la burreta» (la burrita, en castellano).
El desfile, que tiene lugar desde 1924, empieza a las 19 horas desde la Font Redona, recorriendo la calle de Sant Nicolau, plaça d’Espanya, calle de Sant Llorenç, avenida del País Valencià, paseo de Cervantes, calle Els Alçamora y finaliza sobre las 21 h a la altura de la parroquia de San Roque. Y antes, a las 18:30 h, frente al belén de la plaça d’Espanya, tiene lugar el conocido como «Pregó del Tio Piam», un evento que evoca una ancestral tradición alcoyana, documentada en la primera mitad del siglo XIX, en la que los niños salían de la ciudad para recibir a los Reyes Magos.
Si aún no has escrito tu carta, ¡date prisa o no llegarás a tiempo! Puedes hacerlo descargándotela desde la web del Ayuntamiento de Alcoy.
El Campamento Real, donde la magia toma forma
Una vez que las cartas han sido puestas en las burritas, solo queda que estas lleguen a manos de sus destinatarios: los Reyes Magos, para que puedan leer los deseos de todos y hacerlos realidad. Y de eso se encargan sus fieles ayudantes, los pajes —figura que no está exenta de polémica—. Ataviados con un traje negro y un fez (también conocido como tarbush) y un cinto rojos, cada año se ocupan de que ni una sola carta se quede en el camino y todas ellas lleguen hasta el Campamento Real.
La misma noche del 4 de enero, si uno alza la vista hacia la montaña de San Cristòfol, podrá ver las luces de las hogueras y las antorchas que dan vida al Campamento Real, donde los Reyes Magos pasarán la noche. Y no solo eso, sino que desde hace tres años, el día 5 de enero por la mañana es posible visitar el campamento que se instala en el Preventori —si se ha conseguido, previamente, una de las ansiadas entradas para hacerlo— y ver cómo los pajes preparan todos y cada uno de los regalos que esa misma noche los habitantes de Alcoy recibirán en sus casas.
La Cabalgata de los Reyes Magos, donde la magia se transforma en espectáculo
Y, por fin, el 5 de enero es el gran día para todos. El día de las miradas ilusionadas y los cosquilleos en el estómago; de las risas nerviosas y los gestos espontáneos; la noche en la que todos llegamos a nuestras casas y tenemos un número de regalos proporcional a lo buenos que hemos sido durante todo el año. ¡Es el día de la Cabalgata de los Reyes Magos!
A lo largo del desfile, en el que los Reyes Magos aparecen vestidos con sus mejores galas y a lomos de tres camellos, no faltan los pajes y antorcheros, ni las carrozas, ni tampoco los grupos de danza locales. Y todos ellos se mueven a un mismo ritmo: el que marcan las bandas de música.
Además de la majestuosidad con la que avanzan todos los integrantes de este bien orquestado espectáculo de música, luz y color, destaca la ilusión que despiertan los pajes al subir con sus escaleras de madera a los balcones para hacer entrega, paquete en mano, de los encargos asignados por Sus Majestades.
La diversión empieza a las las 18 h desde la zona alta de Alcoy y recorre las calles de El Camí, Sant Nicolau y la Plaça d’Espanya, donde los Reyes y su séquito hacen una parada para llevar a cabo la Adoración (acto representativo de la entrega del oro, el incienso y la mirra al Niño Jesús). Una vez terminado este acto, después de las 20 horas, y tras un castillo de fuegos artificiales, el espectáculo sigue su recorrido, culminando sobre las 22 horas, momento en el que todos estamos ya en nuestras casas abriendo paquetes.
Así que estés este año por Alcoy o no, como decimos por allí: Que vinguen carregats! (¡Que vengan cargados (de regalos)!).
Imágenes: ARAMULTIMÈDIA (cavalcada5 y cavalcada2).
Artículo publicado originalmente en 2017, en el blog de Global Exchange.
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