Siempre me ha gustado viajar y este año, que lo estoy llevando a la práctica más que nunca, puedo decir que el mundo es maravilloso y tiene millones de rincones que explorar y vivir. Pero, de la misma forma, también puedo decir que existen lugares a los no te gustaría ir, posiblemente, ni de visita, a menos que tengas una motivación especial para acercarte hasta allí, como es mi caso y el de otras muchas personas en todas partes.
Me refiero a los centros de detención y campos abiertos a los que van a parar los inmigrantes que tratan de cruzar las fronteras de forma ilegal. En esta entrada, en particular, quiero hablar de los de Bulgaria, sobre los que estoy aprendiendo de primera mano. Pero este no pretende ser un post triste, ni mucho menos, solo buscar narrar otra realidad.
Campos abiertos en Bulgaria.
Para empezar, te puedo contar que los campos llamados «abiertos», en este país, son antiguos colegios o cuarteles militares, entre otros, que han sido reutilizados para alojar a aquellos que han decidido huir de su país y están a la espera de que se les conceda asilo en aquel al que han llegado (en este caso, Bulgaria, que se ha convertido en una zona de paso).
Los que están allí tienen cierta libertad de movimiento y existe una franja horaria (de 10 a 18 h, normalmente) en la que se les permite entrar y salir de ellos. De hecho, los niños pueden ir al colegio, los adultos pueden trabajar, si quieren e, incluso, pueden pasar la noche en otro sitio. Pero si quieren volver a dormir al campo, el horario es limitado para hacerlo.
Para que puedas hacerte un mapa mental, estos son los campos de refugiados abiertos en Bulgaria:
1. Ovcha Kupel, en Sofía. Tiene capacidad para 860 personas y la jurisdicción sobre el mismo recae en la Agencia Estatal para los Refugiados de Bulgaria (SAR, en sus siglas en inglés).
2. Vrazhdezbna, en Sofía. Tiene capacidad para 370 personas y, como en el caso anterior, la jurisdicción sobre el mismo recae en la Agencia Estatal para los Refugiados de Bulgaria.
3. Voenna Rampa, en Sofía. Cuenta con capacidad para albergar a un total de 800 personas.
4. Harmanli, en la región de Haskovo. Este es uno de los más aislados por lo complicado que resulta llegar hasta él. Y puede que si has oído algo sobre los campos existentes en Bulgaria, te resulte familiar porque el gobierno búlgaro decidió cerrarlo durante varios días por miedo a que una epidemia que, supuestamente, existía entre los inmigrantes, llegase a los vecinos del pueblo —quienes no parecen demasiado contentos de tenerlos allí, pese a los puestos de trabajo que están ocupando—.
5. Banya, en la región de Slyven. En este caso, la capacidad del mismo es de 70 personas y, como pasaba con el anterior, también es uno de los de difícil acceso.
Estos tres últimos centros están destinados al registro, acomodación y desarrollo de los procesos de solicitud de asilo en Bulgaria, mientras que el de Vrazhdezbna y el de Ovcha Kupel solo sirven para acomodarlos. Y además de estos, existe otro caso especial:
6. Pastrogor, en Svilengrad. Este es un centro de tránsito, situado cerca de la frontera de Bulgaria con Turquía, y en el que también se lleva a cabo el registro, acomodación y desarrollo de los procesos de solicitud de asilo. Tiene capacidad para 320 personas.
A fecha 14 de octubre de 2016, eran 5139 los habitantes en centros del SAR.
Centros de detención en Bulgaria.
Además de los campos abiertos, en Bulgaria encontramos los centros de detención, equivalentes a los Centros de Internamiento de Extranjeros (CIE) en España. A ellos pueden ser enviados aquellos inmigrantes que han sido detenidos al intentar cruzar la frontera por los cauces que no son los habituales o encontrados sin papeles en las calles de Bulgaria. Estos están bajo la jurisdicción del Ministerio del Interior búlgaro:
1. Busmantsi. Este centro, llamado, curiosamente, en inglés Special home for temporary acommodation of foreigners tiene capacidad para 320 personas. En él pueden permanecer, como máximo, 18 meses.
2. Lyubimets. También con el apelativo de «Special home for temporary acommodation of foreigners«, este centro de detención cuenta con espacio para 300 personas.
3. Elhovo. Situado en la región del mismo nombre, el de Elhovo está bajo la jurisdicción del Ministerio del Interior búlgaro, como el de Busmantsi. En este caso, cuenta con capacidad para 300 personas y en él pueden estar entre 4 y 20 días.
Puede que resulte paradójico, pero a mí ir a uno de estos lugares a los que no te gustaría ir, dos veces por semana, me aporta un chute de optimismo (mezclado con una cucharada de indignación máxima) que, en muchas ocasiones, no encuentro fuera de aquellas cuatro paredes. Porque ya lo he dicho al principio, esta no busca ser una entrada triste, más bien al contrario.
Realidades que no dejan indiferente, lugares que sería mejor que no existieran sencillamente porque no hiciera falta.
Un abrazo
Sí, una pena que suela ser más fácil cerrar los ojos a estas realidades que actuar. ¡Un abrazo, Cris!