Un viaje empieza en el momento en el que tomas la decisión de lanzarte a conocer un lugar y se materializa cuando compras (muchas veces, de manera impulsiva) el billete que te llevará hasta ese destino. O, al menos, así es para mí.

El que será mi primer viaje asiático largo diría que empezó, psicológicamente, después de las pasadas navidades, momento que marcó un antes y un después en mi Servicio de Voluntariado Europeo. Entonces, la fase de ilusión y descubrimiento de Bulgaria de los seis primeros meses, dio paso a la necesidad de moverme más de lo que lo estaba haciendo. Eso, y que el invierno búlgaro me dio un frío empujón.

Al mismo tiempo, empecé a hacer algunos viajes sola (en ningún momento sentí que así fuese) y se me despertó el gusanillo que, convertido en monstruo incontrolable, me llevaría a comprarme, en marzo, un billete de avión con ida de Madrid (España) a Bangkok (Tailandia), para mediados de septiembre, y vuelta de Nueva Delhi (India) a Madrid, para dos meses después.

Durante todo este tiempo, muchos han sido los cambios que han ido apareciendo en mi planificación: desde plantearme casi todo el itinerario sola y haber ido sumando gente que me irá acompañando en algunas partes —y que no han hecho más que mejorar las expectativas—, hasta incluir y excluir países del plan inicial. Y esto no ha hecho más que empezar…

Lo que es seguro, a día de hoy, es que mi recorrido, por países, es este:

Y digo a día de hoy porque esos son los billetes que he comprado, pero cuento con la flexibilidad y la improvisación como mis principales compañeras de viaje y aliadas, ¡sin duda alguna!

Dado que son muchas las cosas que estoy teniendo que pensar durante la preparación de mi pequeña aventura y estoy convencida de que tendré, también, mil historias que contar a lo largo de ella, todas nuevas para mí, he decidido que lo mejor sería ir compartiéndolas en este blog. Porque aunque no es mi primera vez en Asia (estuve en Nepal, hace dos años, haciendo un voluntariado), sí que va a ser la primera vez que esté tanto tiempo saltando de un sitio a otro. Y eso, que quieres que te diga, asusta un poco. Con decir que llevo unas semanas teniendo pesadillas, de todo tipo, que van desde que no he cambiado dinero hasta que me he dejado la mochila entera en España… Así que nada mejor que compartirlas y si puedo motivar a alguien a dar el salto y, sobre todo, enseñar a mi gente que estoy bien y que la locura no es tanta como creen, ¡mejor que mejor!

Si tú también quieres vivir el viaje desde el otro lado de la pantalla, ¡no dejes de pasarte, de vez en cuando, por este blog!