Desde que he vuelto a España, soy una montaña rusa. Al hecho de asimilar un año que me ha removido los cimientos, y tener la sensación de que debo encontrar un lugar, que no sé cuál es, se suma la vorágine de preparar un viaje de dos meses, intento de espontáneo, a Asia, mientras trabajo. Claro que es maravilloso todo lo que estoy viviendo, pero me lleva a ser una montaña rusa, ¡cuando yo quiero ser un teleférico! Así, un sutil movimiento me llevaría siempre en el mismo sentido, sin vueltas inesperadas. Pero, ¿cuánto tiempo aguantaría siendo un teleférico, si dentro llevo una montaña rusa? Foto: Pixabay.