Con vistas a Aït Ben Haddou
Veo cómo el sol se va poniendo; son cerca de las siete de la tarde. Es la tercera vez que vengo a Marruecos —la segunda, hace menos de un mes—. Y hoy, despido el día con Aït Ben Haddou a mis espaldas. A mi derecha, un grupo de chavales disputan lo que parece un improvisado partido de fútbol. A mi izquierda, voces y risas de niños [...]